Cemafe

En los aspectos de salud, como en muchos otros de la vida, lo más importante siempre será la prevención. En el caso de la preeclampsia, no solo es necesario para una mujer y su bebé, sino vital.

 

Pero vayamos por partes y expliquemos primero qué es esta condición. La preeclampsia es una de las complicaciones más serias que pueden surgir durante el embarazo, afectando aproximadamente entre el 5% y 8% de las mujeres gestantes a nivel mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Esta condición, que se ha descubierto recientemente solo está presente en embarazos humanos, puede ocasionar daño a órganos como los riñones y el hígado, y puede tener consecuencias realmente graves tanto para la madre como para el bebé, si no se gestiona de forma adecuada.

 

La preeclampsia y la prevención

 

Es aquí donde entra el punto vital y por el que muchas pacientes preguntan, ¿por qué debo hacerme pruebas de preeclampsia si no me siento todavía mal? La respuesta es muy sencilla y quizá hasta escueta: prevención. Es decir, que justo cuando te sientes bien y tu vida aún no está en peligro es el mejor momento para hacer lo necesario para tu salud y la de tu bebé.

 

Y vamos a desmitificar ahora. ¿Tu estilo de vida, régimen alimenticio y de ejercicio determina si tendrás preeclampsia? La respuesta es: no necesariamente. Es decir, son condicionantes y tienen un peso sobre la salud general de la madre y el bebé, eso es cierto; sin embargo, como lo expliqué arriba, hay nuevos indicios que la preeclampsia es realmente producto de la evolución humana, particularmente por el tamaño del cerebro.

 

Estos estudios han descubierto que, si el embarazo se pudiera prolongar por tiempo indefinido, a cualquier mujer le daría preeclampsia. Es decir, es un mito que esté íntimamente ligado a la edad, peso, condición social, régimen alimenticio y de ejercicio. No, no es esa la principal causa.

 

Por esta razón, se vuelve fundamental que las personas gestantes se hagan estudios preventivos de preeclampsia desde el primer trimestre de embarazo, lo que permitirá identificar los signos tempranos de preeclampsia, especialmente el desequilibrio angiogénico en tu sangre, semanas antes de que te suba la presión arterial o que tengas exceso de proteínas en la orina.

 

¿Tienes miedo de saber si estás predispuesta a desarrollar preeclampsia de forma temprana? Quizá deberías tener más temor de no saberlo oportunamente; recuerda que la información a tiempo durante el embarazo podrá ser determinante para salvar tu vida y la de tu bebé. Consulta aquí qué estudios te pueden ayudar.